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sábado, 3 de diciembre de 2016

Mourinho escondió dinero en Nueva Zelanda usando a su mujer

El entrenador José Mourinho comparte con Cristiano Ronaldo la gestión de los ingresos por derechos de imagen en paraísos fiscales, así como al cerebro que hay detrás de todo el entramado: Jorge Mendes. Mourinho, cliente del agente desde 2004, se sirvió de un conglomerado societario que, por similitudes con el del jugador, también arranca en las Islas Vírgenes Británicas.
Sin embargo, la red tejida por Mourinho es aún más compleja y termina en Nueva Zelanda, donde un fideicomiso a nombre de su mujer y sus hijos es el beneficiario de todas las ganancias del entrenador por sus derechos publicitarios. En el recorrido financiero para ocultar el dinero de Mourinho hay otros parecidos con el de Ronaldo, como el paso por las empresas Multisports & Image Management (MIM) Limited y Polaris Sports en Irlanda, controladas por el propio Mendes.
Un entramado revelado por la investigación de la red de periodismo de investigación EIC, a la que pertenece EL MUNDO, a partir de los documentos de Football Leaks obtenidos por Der Spiegel.
Los documentos muestran que durante sus años como entrenador del Real Madrid, Mourinho no declaró a la Agencia Tributaria española ni un euro en concepto de derechos de imagen. Hacienda le abrió inspección en 2014 y tras un año de investigación le impuso una sanción. La cifra final del pago impuesto, 2,1 millones de euros -apenas un 20% de sus ingresos por imagen entre 2010 y 2013- pone de manifiesto los obstáculos que interpone a las autoridades fiscales el universo Mendes.
Como uno de los primeros clientes del representante luso, Mou sirvió para perfeccionar un sistema luego replicado. Este empezó en el mismo punto que el de Ronaldo: en un apartado postal en Vanterpool Plaza, en la ciudad de Road Town, en el paraíso fiscal de las Islas Vírgenes Británicas. Allí se registró la sociedad presumiblemente instrumental Koper Services SA, a la que Mou transfirió sus derechos de imagen en 2004 -el contrato carece de fecha exacta- a cambio de todos los ingresos netos.
Gracias a su sede en un paraíso fiscal, Koper no debía pagar impuestos por las ganancias publicitarias del técnico. Pero la dirección en las Islas Vírgenes Británicas podría no resultar agradable para sus patrocinadores ni para las autoridades fiscales, que en una hipotética auditoría deberían explicar los pagos en lugares opacos. Ahí entraba en acción la parte irlandesa del método Mendes.
El 17 de diciembre de 2004, Koper cedió la explotación de los derechos de imagen a dos empresas del conglomerado Mendes en Irlanda, MIM y Polaris. De ese modo, entrenador y representante contaban con la seguridad de trabajar dentro de la Unión Europea y, al mismo tiempo, con una baja tributación (el impuesto de sociedades irlandés es del 12,5%).
Las marcas interesadas en contratar al míster pagaban a MIM y Polaris en Irlanda. Los beneficios corporativos se quedaban allí. Todo lo demás, salvo algunos impuestos mínimos, llegaba a Koper en Islas Vírgenes Británicas. La nula o baja imposición de ambos territorios permitía beneficios elevados. Además, Mourinho contaba con un seguro. Si las autoridades de algún país le intentaban atribuir la propiedad de la sociedad offshore Koper, se encontraban como propietaria a una empresa pantalla, otra compañía también constituida en las Islas Vírgenes Británicas. Y aún había un paso más para conseguir la ansiada invisibilidad.
El beneficiario último de Koper era un fideicomiso en Nueva Zelanda, Kaitaia Trust. Los documentos de Football Leaks muestran que fue creado por Mourinho en 2008. Pero él no aparecía como receptor final. De nuevo, en su lugar, un testaferro. Sólo con el certificado de constitución del fideicomiso es posible dar con la clave: los beneficiarios del Kaitaia, de acuerdo a ese documento, eran la mujer e hijos del entrenador.

Investigado en 2014

Los réditos publicitarios del técnico se guardaban en las cuentas de Koper en Suiza, a la espera de que Mou, o los suyos, las recuperaran en el futuro. Y la opaca estructura en torno a los ingresos por derechos de imagen funcionó para el entrenador durante una década. Hasta que, concluida su etapa en el Real Madrid, la Agencia Tributaria decidió indagar en ella.
El 22 de julio de 2014, Hacienda abrió investigación al entrenador por las declaraciones del IRPF de 2010, 2011 y 2012 y el Impuesto sobre la Renta de No Residentes de 2013. El objetivo era que Mourinho tributara por todos sus ingresos publicitarios cobrados a través de empresas offshore como si fuera parte del salario. Al entrenador -fuera del amparo de la Ley Beckham por haber llegado a España en 2010- podían exigirle impuestos de hasta el 48% de los beneficios. Y no habían sido pocos.
Entre 2010 y 2013 el entrenador generó en España casi 12 millones por los que no tributó. El principal pagador era el Madrid, que le ingresaba cada año más de dos millones netos en concepto de derechos de imagen, por los que pagaba un 10% en tasas. Tras el Real Madrid, Adidas (entre 600.000 y 150.000 euros anuales), Braun...
La situación pintaba mal para el entrenador y sus abogados eran conscientes. «La estructura que tienen montada todos los clientes de Jorge no es la más adecuada para los residentes en España», remarcaría su abogado en España, Julio Senn.
El portugués podría haber acabado en un proceso penal parecido al de Messi o Mascherano, pero lo esquivó. Sin embargo, el 17 de junio de 2015 el caso se cerró con dos alegrías para Mou. No sólo no sería investigado por un delito fiscal, sino que se libró de pagar íntegramente los 4,4 millones: 2,9 millones por cuotas atrasadas, 1,1 de sanción y casi 400.000 euros en intereses. Igualmente la Agencia Tributaria hablaba de una «infracción grave» en la que «existe ocultación [...] del 100%». ¿Por qué el técnico se ahorró dinero?
En 2013, el Real Madrid había pagado a Mourinho más de 15 millones entre salario y finiquito. Hacienda le había retenido más de seis millones en impuestos, al considerar que seguía siendo residente fiscal en España. Sus abogados acreditaron que desde junio de 2013, nada más anunciar su regreso al Chelsea, el míster residía Londres. No alcanzaba, por tanto, los 183 días necesarios para considerarle residente fiscal en España.
El técnico reclamó la diferencia en la retención de sus rentas del club, que como no residente debían tributar al 24,75% (la mitad del porcentaje inicial). Gracias a eso, el coste de no declarar sus millonarios ingresos publicitarios se redujo en 2,3 millones de euros. Sus abogados estaban de enhorabuena: Mourinho sólo tendría que pagar 2,1 millones.

 http://www.elmundo.es/deportes/football-leaks/2016/12/03/5841eee9268e3e6f7c8b48ea.html

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